Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo.
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree;